El pasado jueves 6 de octubre tuvimos la increíble oportunidad de asistir a una sesión con el varias veces nominado al Óscar director Roland Joffé. Os sonarán seguro alguna de sus películas y muchas probablemente las hayáis visto: The Killing Fields (1984), La Misión (1986), The Scarlett Letter (1995), Vatel (2000), Encontrarás dragones (2011). Joffé ha triunfado con su drama histórico desgarrador magníficamente ambientada con su banda sonora. La película de La Misión nos pone los pelos de punta a todos con su maravillosa música, por qué negarlo.
Los estudiantes de la optativa de Cine de tercero de ISSA disfrutamos de esta experiencia de una manera totalmente distinta a como lo hubiéramos hecho unos meses antes. Habiendo analizado ya varias películas, la historia que transmiten y el enfoque de su director, todo lo que decía Roland Joffé era una de lo más emocionante.
Quizás yo no fui la única sorprendida con el comienzo de la sesión. Me esperaba su trayectoria en la industria cinematográfica y; sin embargo, Joffé quiso comenzar como comenzaba don Mikel sus clases de Ética en segundo de carrera: ¿Quiénes somos?
Quiso presentarse no como un director de cine, sino como alguien con preguntas sobre la vida, exactamente que cualquiera de nosotros, igual que cualquier estudiante de comunicación o cine. Nos demostró que había llegado al cine al plantearse todas esas incógnitas: qué somos, dónde estamos, por qué aquí y, sobre todo, quiénes. «Nadie en esta sala sabe dónde estamos. Las características geográficas son insuficientes, debemos averiguar quiénes somos«, rezaba Joffé.
Seguía diciendo que no somos patrones, no nos guían las moléculas, los átomos, núcleos ni electrones, decía: «Somos la demostración de algo». Habló de cómo hemos sido energía desde el mismo Big Bang, hemos estado aquí siempre y que, por ello, al comunicarnos hacemos lo que la naturaleza quiere que hagamos: «Incluso si es realidad o imaginación, ayudas a entender las pautas, quiénes somos». Es por ello que Roland Joffé encuentra en hacer películas la manera de averiguar nuestra existencia.
Joffé continuaba diciendo que nuestros cerebros son plásticos, necesitan de la comunicación y el descubrimiento, se quejaba de cómo mucha gente está convencida de que después de la adolescencia nuestro cerebro está configurado, fijo. No debemos cansarnos nunca de aprender, de descubrir, de comunicarnos; exclamaba: «Love your brain!«.
Nos contó cómo le preguntó un día a su padre por la fe en Dios y esto le hizo darse cuenta a Joffé, agnóstico declarado, de que Dios no es la respuesta. Él es la pregunta, Él es quién quiere que sepamos de dónde venimos y quiénes somos: «God is the question». Impresionante Roland Joffé, no sólo sus películas nos transmiten mensaje.