¡Lo hicimos!
No sé ni cómo empezar esta entrada: ¡menudo día! Cuatro años esperando a que llegase nuestra graduación y no defraudó. Todo fue perfecto. Llevaban diciéndonos desde hacía días que iba no sólo a llover, sino a diluviar; y, a pesar de todo, hizo un sol increíble hasta bien entrada la tarde. Y, si bien teníamos miedo de que la moqueta del Aula Magna y los tacones hicieran malas migas y alguna terminara besando literalmente el suelo, todo salió a la perfección.
Comenzaré por el principio: el viernes 1 de junio. Llegamos a ese día cargados de nervios porque entre nosotros y la graduación únicamente quedaba la defensa de nuestro Trabajo de Fin de Grado. La idea de que todas las defensas de TFG de ISSA sean este día surge del hecho de que muchos de nosotros (me incluyo) no estamos en Pamplona realizando nuestras prácticas y volver a Navarra puede suponerle a más de uno un inconveniente, así que se defienden los proyectos el día de antes para asegurarnos de que todos estaremos ahí. Así que ya os podéis imaginar el amasijo de nervios que estamos hechos durante toda esa semana.
Conforme llegas al campus te encuentras con gente a la que no has visto en meses y de la que tendrás que volver a despedirte en menos de 48 horas, pero no piensas en eso justo en ese momento, claro. Y si la persona con la que te encuentras es alguien de tu clase, tienes dos posibilidades: que ya haya defendido y quiera contagiarte cómo se siente en ese momento para ayudarte, o que te acompañe con tus nervios.
Y por fin llega la hora de exponer. En ese momento no te das cuenta, pero ¿cómo no te vas a saber la presentación de un proyecto que llevas preparando cinco meses? La defensa consiste en un «repaso» de nuestro TFG explicando los puntos y las decisiones tomadas en cada uno de ellos y, tras las conclusiones, el tribunal conformado por el que ha sido tu tutor del TFG y otros profesores de ISSA te plantean varias preguntas para aclarar temas que hayas podido dejar abiertos tanto en el TFG, como en la defensa, como en ambos dos. Así que en menos de diez minutos ocho para ser exacto , acabamos la defensa y ya tenemos toda nuestra atención y todos nuestros nervios puestos en el día siguiente, en nuestra graduación.