¡Muy buenas a todos!
Volvemos a estar de vuelta un día más.
Hoy vengo a hablaros de un tema del que nunca antes lo había hecho. Se trata de los trabajos que los alumnos pueden realizar dentro de la Universidad. Y es que muchas veces todos nosotros andamos en busca de un trabajillo que nos ayude a generar ahorros sin tener que pedir dinero a nuestros padres (especialmente cuando el Erasmus anda cerca).
Es por eso por lo que hoy dos alumnas del grado se han animado a contarnos la experiencia que están teniendo en sus respectivos trabajos.
Sin más dilación, os dejo con nuestras dos protagonistas de hoy. ¡Espero que os guste y que os sirva de ayuda!
“Me llamo Saioa de la Fuente, alumna de 3º de ISSA en la Universidad de Navarra. Soy colaboradora en el Instituto de Idiomas de la Universidad, y como yo, 9 alumnos más de diferentes carreras.
Los horarios son de lunes a viernes de 10:00 a 19:00 y sábados de 8:00 a 14:00. Entre semana acudimos de 3 a 4 colaboradores y nos situamos en la sala multimedia del Instituto de Idiomas.
En mi caso yo me encargo de la preparación de Cambridge y la gestión academica, además de tareas más comunes como certificados, préstamos de libros, atención en secretaría, pruebas de nivel, fotos de Cambridge…
Empecé ya que me encantan los idiomas, sobre todo el inglés, y una de las tareas que hago son las traducciones de expedientes, títulos académicos… Además, una de las muchas salidas que tiene mi carrera (ISSA – School of Management Assistants) es la rama de administración y servicios. En mi opinión, este trabajo me ha ayudado a ser más repsonsable, puntual y no dejar todo para el último día.”
“Me llamo Sofía Cockburn y soy guía del museo. Para poder hacerlo tuve que aprender el itinerario del museo el cual me es muy interesante. Las exposición permanente es magnífica y las exposiciones temporales no dejan de sorprender.
He aprendido muchísimo sobre el mundo del arte y los museos, pero sobre todo he aprendido a hablar y actuar en público. Es una responsabilidad muy grande entretener a un grupo y explicarles algo tan abstracto como lo son las obras de arte contemporáneo. Pero, merece la pena, la experiencia es muy gratificante y divertida.
También hago visitas dramatizadas. Mi compañera, Akemi, y yo, nos disfrazamos de mosqueteros y vivimos distintas aventuras por las salas con los grupos de niños intrépidos que vienen a visitar el museo. Nos acompañan a buscar al tercer mosquetero, un personaje travieso que se ha escondido en uno de los cuadros de Picasso.
El museo nunca descansa. Hay varios talleres artísticos con niños en los que vienen a inspirarse con las obras y crear las suyas propias en el taller de arte. Ahí, los monitores (estudiantes de la Universidad), tenemos la oportunidad de ayudarles a convertirse en pequeños grandes artistas.
La experiencia ha merecido la pena y el museo será probablemente lo que más eche de menos cuando termine la carrera.”